Suena “A story yet to be told” del músico italiano, Federico Albanese, mientras observo mi cuerpo y los cuerpos que acuden a nuestro encuentro somático. Reconozco cómo la vida los ha ido esculpiendo. Para mí son obras de arte inacabadas, no porque les falte o les sobre algo, sino porque siempre están cambiando y adaptándose a ciclos, etapas, circunstancias, tempos, narrativas, necesidades. Cuerpos creados en movimiento y para moverse, aunque el sedentarismo se imponga; fieles al alma que acogen a pesar de las críticas y moldes impuestos; comunicadores innatos en un mundo que no escucha, porque “no tiene tiempo”.
¿Cómo sería todo si nuestros cuerpos volvieran a confiar en nosotros y nosotros en ellos? Si entendiéramos que a través del cuerpo podemos conocer nuestra propia historia.
Mi relación con el cuerpo, ha tenido su lado amargo de lesiones y desconexiones. El dolor, que estuvo presente durante años, pasó de unas manos a otras, creyendo que la solución al “problema” estaba en el exterior, cuando en realidad necesitaba ser experimentado y sostenido.
La primera vez que hice una clase de movimiento somático con Lisa Petersen y escuché frases como: “menos es más”, “suavidad en el esfuerzo”, “sin dolor ganamos más” o “póntelo fácil”. Mi cuerpo se relajó, apareció un gran suspiro y rompí a llorar. La belleza se abrió paso a través de su delicada voz, convirtiendo sus mensajes en caricias.
Cuando el dolor se hace insoportable, la belleza se presenta como una grieta por donde se filtra la luz. En terapia, la belleza no es un adorno, sino un refugio: un espacio donde el sufrimiento puede ser acogido sin la presión de tener que ser reparado inmediatamente. Nos permite sostener el dolor sin quedarnos atrapados en él, dándole forma y sentido a lo vivido.
Las palabras pasan por el cuerpo
Las palabras tienen mucho poder y dejan su impronta en los cuerpos. Contienen una carga energética que puede expandirnos o limitarnos, crear o destruir, sanar o enfermar. Por eso es tan importante detectar “cómo” y “desde dónde” nos hablamos y hablamos a los demás. Ser conscientes de esa narrativa nos permite cambiarla y crear nuevas formas de percibirnos y percibir el mundo. Me viene a la cabeza una frase muy potente de Héctor Jorge Aymerich que ilustró Lucía de Pinceladas Conscientes: “Qué sería de ti si te amaras con la misma intensidad con la que te juzgas”.
La neurocientífica Nazareth Castellanos, nos recuerda lo importante de tratarnos con amabilidad, ya que esto hace que se activen ciertas zonas del cerebro que permiten la plasticidad cerebral y mejoran algunos aspectos como el sueño, la capacidad de aprendizaje o la resiliencia. Algo que no ocurre con las áreas que se activan cuando nos tratamos con agresividad. Cultivar un diálogo amoroso hacia uno mismo produce beneficios profundos tanto psicológicos como orgánicos.
En esta nueva entrega de mi podcast de relajaciones guiadas “Latir en reposo”, os invito a revisar ese diálogo interno, cultivar la amabilidad y a agradecer al cuerpo por todo lo que nos permite hacer, sentir y ser.
Próximas clases y una recomendación:
Clases de movimiento somático y relajaciones guiadas online y presenciales en Benicasim (Castellón). Escríbeme a: desdemivozmiriammartin@gmail.com
Lugar con encanto en Madrid, Il tavolo verde: En mi búsqueda apasionada de refugios naturales y urbanos donde seguir maravillándome por esa belleza que repara e inspira, he encontrado espacios con alma y una historia que contar y que, como los cuerpos, están en constante movimiento y transformación. Mi recomendación para este mes es un espacio que acoge, cuida y te invita a crear. No dejes de ir si pasas por Madrid.
Un abrazo amable,
Miriam
Las palabras son energía, la energía es movimiento y el movimiento es vida. Que las palabras sean pronunciadas con armonía es el principio esencial. Abrazo enorme.